La Era de la IA: China y el futuro del comercio de datos

 

Por: Cristóbal Huneeus, director de Data Science de Unholster

Bill Gates considera que la inteligencia artificial (IA), representada por herramientas como ChatGPT, tendrá un impacto trascendental, equiparable al del computador personal e internet. Esta tecnología permite a cualquier usuario con un ordenador y conexión formular preguntas y obtener respuestas basadas en amplios modelos de lenguaje (LLM) entrenados con el universo de información de internet. La efectividad de estas respuestas mejora con la cantidad de datos dis-ponibles, lo que subraya el potencial de ChatGPT para revolucionar el mercado de datos e ideas. Esta revolución promete un comercio de información con un valor agregado superior al de los motores de búsqueda convencionales (Google o Bing), que se limitan a ofrecer enlaces.

Dicho panorama contrasta con el creciente proteccionismo en el comercio de bie-nes, ejemplificado por eventos como el Brexit y las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. A pesar de ello, el flujo libre de datos e ideas entre países enfrenta sus propias restricciones. Un caso de impacto es China, cuyo acceso a internet es regulado por el gobierno del Partido Comunista, limitando la disponibilidad de información de sitios web chinos internacionalmente. La situación era similar antes de su incorporación a la Organización Mundial del Comercio en 2001, evento que, pese a crear ganadores y perdedores, integró a China al mercado global.

En este contexto, surge la interrogante sobre el papel de China en el avance de la inteligencia artificial y su impacto. Hoy existe Erwin, una variante de ChatGPT que funciona exclusivamente en chino, cuyo alcance se ha visto limitado por barreras del idioma.

Pero ojo, dada la restricción de contenido en internet en dicho país, las empresas chinas tienen la ventaja potencial de desarrollar modelos de lenguaje más avanzados al tener acceso tanto a la información occidental como a la local, lo que podría colocarlas en una posición privilegiada. Si China decide compartir estos modelos sin liberar los datos, los LLM occidentales enfrentarían una competencia injusta por la falta de acceso a un espectro más amplio de información, beneficiando a los usuarios globales pero perjudicando a las empresas proveedoras de servicios similares a ChatGPT.

Sería ideal la integración de datos globales en estas herramientas, permitiendo respuestas enriquecidas por las experiencias de personas de todo el mundo. Así como la apertura comercial de China tuvo un impacto global, la contribución de sus modelos LLM y datos promete ser igualmente significativa. La esperanza radica en que este avance sea más pronto que tarde.

 
El MercurioAlicia Hamilton